Vivimos un momento trascendental en la historia de este
partido. Estamos inmersos en un debate de ideas que intenta dar respuesta a las
preguntas de dónde venimos, dónde estamos y a dónde vamos. Lo curioso del caso
es que siempre que hay una perdida de confianza de los electores señalamos que
hay un problema de ideologías y de ideas. Las socialdemocracia está en crisis
nos señalan.
La socialdemocracia es un término que nació a principios del
siglo XX, principalmente en Alemania, cuando lideres socialistas aceptaron las
democracias liberales como un medio óptimo para poder llevar a cabo sus
proyectos. Hasta ese momento el socialismo “odiaba” a las democracias
liberales; se luchaba por destruir ese sistema para poder imponer la dictadura
del proletariado y posteriormente la sociedad de clases. Largo Caballero, por
ejemplo, nunca apoyó la II República hasta que ésta no fue constituida; para él,
la República o Monarquía eran las dos caras de una misma moneda.
La socialdemocracia vivió sus momentos de gloria durante los
años 50, 60 y 70 donde se vivió un crecimiento y desarrollo sin precedentes
nunca visto hasta ese momento. A partir de los años 80, la socialdemocracia
entra en crisis debido a una serie de factores como pueden ser: el
envejecimiento de la población y un aparato de Estado lento, costoso e
ineficaz. Nació entonces el Tacherismo y Reeganismo. Es curioso que durante ese
periodo de crisis de la socialdemocracia, el socialismo español viviese sus
momentos de gloria con las mayorías absolutas de Felipe González.
A finales de los 90 surge lo que se denominó la tercera vía.
La vía de Blair y Schereder donde se defiende que la socialdemocracia debe
acercarse aún un poco más al liberalismo. Se aceptan el FMI, el Banco Mundial,
el déficit cero….
Es en este punto donde nos encontramos, donde tras unas
derrotas electorales (en plural) sin precedentes, nos rasgamos las vestiduras y
decimos que nos encontramos ante una crisis de ideas.
En defensa de éstos diré que es algo muy marxista. Marx se
inspiró en Hegel y el idealismo Alemán, así que la cuestión de las ideas ya
viene de lejos. Yo que soy más de Aristóteles que de Platón prefiero partir de
las cosas terrenales y no del mundo de las ideas
1.
Cuando el secretario
general del PSdG-PSOE tiene que pagar por un curso de comunicación política
vamos mal. Vamos mal porque la única vez que lo vi fue en una comida del
partido y entró como una estrella de cine y del rock sin saludar a nadie y se
fue a las primeras de cambio. El secretario general, sea de donde sea, tiene
que ser una persona cercana a los afiliados y militantes; ha de ser el primero
entre iguales. No sé que pasa pero sólo copiamos de los demás lo peor: En otros
partidos también existe esa lejanía entre sus cabezas y sus afiliados pero por
lo menos dan bocadillos a estos últimos para que vayan a aplaudir.
2.
Una cosa es la
responsabilidad penal y otra la responsabilidad política. La responsabilidad
penal la señalan los tribunales y se basa en que nadie es culpable hasta que no
se demuestra lo contrario; la política no tiene garantías, si una persona huele
raro se le echa automáticamente del partido y se le humilla si es necesario a
no ser que al segundo demuestre su inocencia clara y precisa. Que Manuel Chaves
(el señor de los ERES), que José Blanco (el del caso campeón), que Sánchez
Bugallo (otro del caso campeón), que muchos otros, den lecciones de política a
ciudadanos y afiliados que a día de hoy lo están pasando mal, no es algo que
provoque run run, sino que resulta vomitivo.
3.
El partido no es una
secta, es un instrumento para mejorar la sociedad por lo que en él tiene que
ser bien recibidos todos los ciudadanos, sean o no sean afiliados, sean o no
sean simpatizantes. La sedes de este partido no se llaman sedes, se llaman
casas del pueblo (no de afiliados)
4.
Ayer oí a un
sindicalista con bigote que se estaban perdiendo afiliados por culpa de la
crisis (¿no tenía que ser al revés?), y es que para partidos y sindicatos los
afiliados son simplemente personas que pagan una cuota mensual. Ningún afiliado
puede dejar de ser afiliado por no poder pagar la cuota y yo ya conozco a
algunos. La respuesta del partido es dar cuotas reducidas siguiendo las
tácticas del ministerio de empleo para las pensiones: pedirte mil papeles para
haber si te acabas cansando y te quedas tal y como estás. De risa.
5.
No puedo dejar de
mencionar por irresistible el tema de las primarias. La gran idea son las
primarias, la gran revolución democrática. Que alguien me diga como vamos a
elegir democráticamente a alguien que no tenga tiempo de promocionarse (y
dinero) o pertenezca a las élites del partido. Yo no sé los demás, pero yo sólo
conozco a las personas de mi agrupación y para eso mal.
6.
De verdad, ¿tanto cuesta
hacer un registro de afiliados y simpatizantes a nivel provincial o municipal
en el peor de los casos?. Resulta que tenemos un problema con los servicios
sociales y no tenemos ni idea que hacer y tenemos que acudir a un tercero para
solucionarlo porque desconocemos que un señor de nuestra agrupación se dedica a
ello.
No voy a señalar más cosas, me aburre. Porque que nadie se
engañe, hablar de esto no está de moda. Ahora la moda son estas expresiones
mágicas:
1.
Salva tu culo
2.
Me la suda
3.
No es mi problema
4.
Yo me preocupo por mi,
que ya bastante tengo
Lamentable
PD: Estimadas élites del partido, voy a hacer todo lo
posible porque me expedientéis porque se ha llegado a tal punto de
esquizofrenia que un expediente es más honor que un cargo en el partido.
Confiad en mi, lo conseguiré.
En
Cambre, el día después de acabar un debate del estado de la nación en el que
sonaba de fondo aquella canción que dice “la vida sigue igual…..”
Markos Alonso